martes, 11 de diciembre de 2012

Alalcomena


Templo de Atenea en la Acrópolis

Alalcomena es un pequeño pueblo, que yace al pie mismo de una montaña de no mucha altura. Su nombre, dicen algunos, deriva de Alalcomeneo, un nativo de allí, por el cual fue criada Atenea; otros declaran que Alalcomenia fue una de las hijas de Ogiges. A alguna distancia del pueblo a nivel del suelo se ha construido un templo de Atenea con una antigua imagen de marfil.

Pausanias. Descripción de Grecia, IX, 33, 5.

jueves, 29 de noviembre de 2012

El Paladio


Atenea

Ilo fue a Frigia y encontrando unos juegos organizados por el rey, venció en la lucha. Como premio recibió cincuenta jóvenes y otras tantas doncellas, y el rey, obedeciendo a un oráculo, le dio también una vaca moteada y le pidió que fundase una ciudad donde el animal se acostase; así que siguió a la vaca. Y cuando ella llegó a lo que se llamaba la colina de la Ate frigia, se acostó; aquí Ilo construyó una ciudad y la llamó Ilión (Troya). Y habiendo rogado a Zeus que se le mostrase una señal, vio de día el Paladio, una estatua caída del cielo, yaciendo ante su tienda. Tenía tres codos de altura, sus pies estaban unidos; en su mano derecha sostenía una lanza en alto y en la otra mano una rueca y un husillo.

La historia cuenta acerca del Paladio lo que sigue: dicen que cuando Atenea nació fue criada por Tritón, que tenía una hija llamada Palas; y que las dos muchachas practicaban las artes de la guerra, pero que una vez se cayeron, y cuando Palas estaba a punto de dar un golpe, Zeus por miedo interpuso la égida y Palas, espantada, miró hacia arriba, y así fue herida por Atenea. Y estando sumamente afligida por Palas, Atenea hizo una imagen de madera a semejanza de la muchacha y envolvió la égida, que ella había temido, alrededor de su pecho y erigió la imagen ante Zeus y la honró. Pero después Electra, en el tiempo de su violación, buscó refugio en la imagen y luego Zeus arrojó el Paladio junto con Ate en el país de Ilión; e Ilo construyó un templo para la imagen y la honró. Tal es la leyenda del Paladio.

Ilo se casó con Eurídice, hija de Adrasto, y engendró a Laomedonte, que se casó con Estrimón, hija de Escamandro; pero según algunos su mujer fue Placia, hija de Otreo, y según otros fue Leucipe; y él engendró cinco hijos, Titono, Lampo, Clitio, Hicetaon, Podarces, y tres hijas, Hesione, Cilla y Astíoque; y de la ninfa Calibe tuvo un hijo llamado Bucolion.

Apolodoro. Biblioteca, III, 12, 3.

martes, 30 de octubre de 2012

Naufragio de los Argonautas

Dosso Dossi: Los Argonautas en la costa de Libia.

Así habló Anceo con lágrimas, y todos aquellos que tenían conocimientos sobre barcos dieron su consentimiento; pero los corazones de todos se entumecieron y la palidez cubrió sus mejillas. Y así como los hombres, como espectros sin vida,  vagan por una ciudad esperando el resultado de la guerra o de la peste o de alguna poderosa tormenta que supera con mucho los trabajos incontables de los bueyes, cuando las imágenes de su propia armonía explotan y se hunden ensangrentadas y se oyen quejidos en los templos, o cuando a mediodía el sol recurre a la noche en el cielo y las estrellas brillan claras a través de la niebla; así, en aquel momento, a lo largo de la playa sin fin vagaban los caudillos buscando a tientas su camino.

Luego inmediatamente la oscuridad vino sobre ellos; y lastimosamente se abrazaron los unos a los otros y se dijeron adiós con lágrimas, para poder caer en la arena y morir, cada uno aparte de su compañero. Y así de esta manera fueron más allá para elegir un lugar de reposo; y envolvieron sus cabezas en sus capas y, en ayunas y sin alimentar, yacieron toda la noche y todo el día, esperando una muerte lastimera. Pero aparte, las doncellas acurrucadas juntas se lamentaban al lado de Medea, la hija de Eetes. Y así como cuando, abandonados por su madre, los pájaros sin plumas para volar que han caído desde una grieta en la roca pían estridentemente; o cuando en las orillas del río Pactolo que fluye hermosamente, los cisnes elevan su canto, y alrededor el prado cubierto de rocío y la corriente hermosa del río se hacen eco de él; así las doncellas, echando en el polvo su pelo dorado, se lamentaron toda la noche con su gemido lastimero.

Y allí todos, los más valientes de los héroes, habrían dejado la vida sin un nombre y desconocidos para los hombre mortales, con su tarea inacabada; pero mientras estaban prendidos por la desesperación, las ninfas heroínas, guardianas de Libia, tuvieron piedad de ellos, aquéllas que una vez encontraron a Atenea, en el tiempo en que saltó de la cabeza de su padre Zeus con resplandeciente armadura, y la bañaron en las aguas de Tritón. Era mediodía y los rayos de sol más feroces abrasaban Libia; ellas estaban cerca de Jasón, el hijo de Esón, y retiraron ligeramente la capa de su cabeza. Y el héroe abatió sus ojos y miró a un lado en señal de reverencia hacia las diosas, y mientras él yacía aturdido en soledad, ellas se dirigieron a él abiertamente con palabras amables:

"Desdichado, ¿por qué estás tan herido por la desesperación? Sabemos que fuiste en busca del vellocino de oro; conocemos cada fatiga tuya, todas las poderosas hazañas que forjaste en tus viajes por la tierra y el mar. Nosotras somos las solitarias, las diosas de la tierra, que hablamos con voz humana, las heroínas, las guardianas y las hijas de Libia. Levántate, pues; no estés así afligido en tu miseria y levanta a tus compañeros. Y enseguida que Anfítrite haya soltado el carro de rápidas ruedas de Poseidón, entonces da a tu madre una recompensa por todo el trabajo que tuvo cuando te dio a luz durante tanto tiempo de su vientre y podrás volver a la tierra divina de Acaya."

Apolonio de Rodas. Argonáutica, IV, 1277-1329.

martes, 11 de septiembre de 2012

El santuario del monte Liceo

Muralla de la antigua fortaleza de Eleutera

¿Por qué los arcadios apedrean a las personas que voluntariamente entran en el santuario del monte Liceo; pero si tales personas entran por ignorancia, los envían a Eleutera?
¿Es porque fueron liberados por lo que esta historia ganó credibilidad y la expresión “enviar a Eleutera” (la ciudad libre) es del mismo tipo que “ir a la tierra de Jauja”?
¿O está de acuerdo con la leyenda, ya que Eleutero y Lébado fueron los únicos hijos de Licaón que no compartieron la abominación dispuesta por Zeus, sino que huyeron a Beocia, y allí hay una unión de ciudadanía entre la gente de Lebadea y los arcadios, y estos en consecuencia envían a Eleutera a los que involuntariamente entran en el santuario inviolable de Zeus?
¿O es como Arquitimo relata en su Historia de Arcadia acerca de ciertos hombres que entraron por ignorancia allí y fueron entregados por los arcadios a los fliasios y por los fliasios a los megarenses y que, mientras eran conducidos de Megara a Tebas, se pararon cerca de Eleutera por la lluvia y los truenos y otras señales del cielo? Por lo cual, de hecho, algunos afirman que aquel sitio adquirió el nombre de Eleutera.
Sin embargo, el relato de que la persona que entra en el santuario del monte Liceo pierde la sombra no es verdad, aunque haya adquirido amplia credibilidad. ¿Es porque el cielo se cubre de nubes y se oscurece sobre los que entran? ¿O es porque el que entra es condenado a muerte y los seguidores de Pitágoras afirman que los espíritus de los muertos no tienen sombra ni pestañean? ¿O es porque es el sol el que causa la sombra, pero la ley priva a los que entran de la luz del sol?
También cuentan esto alegóricamente: el que entra allí es llamado “ciervo”. Por eso, cuando Cantarión el arcadio desertó y se pasó a los eleos mientras estaban en guerra con los arcadios y con su botín cruzó el santuario inviolable, aunque huyó a Esparta después que se hizo la paz, los espartanos lo entregaron a los arcadios, ya que el dios les ordenó devolver al “ciervo”.

Plutarco. Cuestiones griegas, 39.

lunes, 30 de julio de 2012

La constelación de Virgo


La constelación de Virgo en Firmamentum Sobiescianum (1690) de Johannes Hevelius

Detrás de la Osa Mayor, la conductora, es arrastrada la constelación de Arctophylax, a la que los hombres también llaman Boötes, ya que parece poner la mano en la Osa Mayor que se parece a un carro. Boötes es muy brillante; pero debajo de su cintura rueda una estrella, más brillante que las otras: la mismísima Arturo.
Debajo de los dos pies de Boötes se advierte a la constelación de la Doncella (Virgo), que en sus manos lleva a la brillante estrella Espiga. Sea la Doncella hija de Astreo, que, como dicen los hombres, era desde antiguo el padre de las estrellas, o sea hija de otro padre, ¡que imperturbable sea su curso! Otro cuento es común entre los hombres: antiguamente ella habitó en la Tierra y conoció a los hombres cara a cara, nunca despreció en los tiempos antiguos a las tribus de hombres y mujeres, sino que tomó su asiento mezclándose con ellos, aunque era inmortal. Los hombres la llamaron Justicia; ella reuniendo a los ancianos, ya fuese en la plaza del mercado o en las calles anchas, lanzaba su voz siempre instándoles a juicios más bondadosos para el pueblo. Todavía en esta edad los hombres no tenían conocimiento de las luchas por odio, de los argumentos mordaces o del ruido de la batalla, sino que vivían una vida simple. Lejos de ellos estaba el mar cruel y todavía los barcos no les traían desde lejos su sustento, sino que los bueyes y el arado y la misma Justicia, reina de los pueblos, dadora de las cosas de manera apropiada, suplían cada necesidad de los hombres abundantemente. Mientras la Tierra alimentó a la Raza de Oro, la Justicia tuvo su residencia en ella. Pero con la Raza de Plata sólo se mezcló un poco y ya no con disposición completa, porque anhelaba las costumbres de los hombres antiguos. Aún en esta Edad de Plata estuvo sobre la Tierra; vino sola de las colinas que hacen eco al atardecer y no habló a ningún hombre con palabras amables. Cuando hubo llenado las grandes alturas con las gentes reunidas, entonces reprendió con amenazas sus malas costumbres y declaró que nunca más mostraría su cara al hombre ante su plegaria. “¡Mirad qué clase de raza los padres de la Edad de Oro dejaron tras ellos! ¡Más malos que ellos mismos, pero engendraréis una progenie más vil! En verdad las guerras y la matanza cruel estarán entre los hombres e infortunios graves caerán sobre ellos”. Así habló y buscó las colinas y dejó al pueblo, todos mirando hacia ella sin moverse. Pero cuando ellos también murieron y cuando nació la Raza de Bronce, más ruinosa de lo que fueron ellos, ya que fueron los primeros que forjaron la espada del salteador de caminos y los primeros que se comieron la carne del buey que araba, entonces verdaderamente la Justicia aborreció esta raza de los hombres y huyó al cielo y tomó esa morada, donde incluso ahora la Doncella es vista por los hombres en la noche, situada cerca de la constelación de Boötes, la que se ve de lejos.

Arato. Fenómenos, 91-136.

martes, 24 de julio de 2012

Antigüedad del cristianismo


Teófilo de Antioquía (?-183 d.C.)

Por estos períodos y por todos los hechos arriba mencionados, considerados colectivamente, se puede ver la antigüedad de los escritos proféticos y lo divino de nuestra doctrina, porque la doctrina no es reciente, ni nuestros principios míticos y falsos, como algunos piensan, sino muy antiguos y verdaderos. Porque Thallus menciona a Belus, rey de los asirios, y a Saturno, hijo del titán, alegando que Belus junto con los titanes hizo la guerra contra Júpiter y sus aliados llamados dioses; y en esta ocasión dice que Gyges, habiendo sido derrotado, huyó a Tartesos. En esa época Gyges gobernó este país, que entonces se llamaba Acte, pero ahora se llama Ática. Pensamos que es innecesario contar de donde derivan sus nombres los otros países y ciudades, especialmente si estás familiarizado con la historia. De Moisés, y no sólo de él, sino también de la mayoría de los profetas que le siguieron, está probado que es más antiguo que todos los escritores, y es manifiesto que lo es más que Saturno y Belus y la guerra de Troya. Porque según la historia de Thallus, a Belus se le encuentra 322 años antes de la guerra de Troya. Pero nosotros hemos mostrado más arriba que Moisés vivió entre 900 o 1000 años antes del saqueo de Troya. Y que mientras Saturno y Belus vivieron al mismo tiempo, mucha gente no sabe quién es Saturno y quién es Belus. Algunos adoran a Saturno y le llaman Bel o Bal, especialmente los habitantes de los países orientales, porque no saben que o bien es Saturno o bien es Belus. Entre los romanos es llamado Saturno, porque ni saben cuál de los dos es más antiguo, Saturno o Bel. Por lo que se refiere al comienzo de las Olimpíadas, dicen que la observancia data de Ifito, pero según otros de Lino, al que también se le llama Ilio. El orden que mantienen el número completo de años y Olimpíadas ya lo hemos mostrado más arriba. Pienso que ahora, según mi habilidad, hemos hablado con precisión de la impiedad de vuestras prácticas y del número completo de las épocas de la historia. Porque si incluso un error cronológico ha sido cometido por nosotros de, por ejemplo, 50 o 100 o incluso 200 años, sin embargo no es de miles o decenas de miles de años, como Platón y Apolonio y otros autores mentirosos han escrito hasta ahora. Por lo que se refiere a los períodos de que hablamos, somos corroborados por Beroso, el filósofo caldeo, que familiarizó a los griegos con la literatura caldea, y dijo algunas cosas concernientes al diluvio y muchos otros puntos de la historia, en concordancia con Moisés; y también habló de acuerdo con los profetas Jeremías y Daniel. Porque mencionó lo que sucedió a los judíos bajo el rey de los babilonios, al que llama Abobassor, y que es llamado Nebuchadnezzar por los hebreos. Y también habló del templo de Jerusalén, de cómo fue devastado por el rey de los caldeos y de que los cimientos del templo se pusieron en el segundo año del reinado de Ciro y el templo se completó en el segundo año del reinado de Darío.

Teófilo de Antioquía. Apología a Autólico, III, 29.


miércoles, 18 de julio de 2012

Sobre los sacrificios humanos

Vaso con representación de escitas (s. IV a.C.)

Por otra parte, los fenicios, cuando había grandes calamidades, ya fuese guerra o sequía excesiva o peste, sacrificaban a alguno de sus más queridos amigos, que era seleccionado por votos para este propósito. La historia fenicia también está repleta con ejemplos de hombres que fueron sacrificados, cuya historia fue escrita por Sanchoniaton en lengua fenicia, y fue traducida al griego en ocho libros por Filón de Biblos. Pero Ister, en su recopilación sobre los sacrificios cretenses, dice que los Curetes antiguamente sacrificaban niños a Saturno. Y Pallas, que es el mejor de aquéllos que han recopilado lo que atañe a los misterios de Mitra, dice que bajo el emperador Adriano el sacrificio de hombres estaba casi totalmente abolido. Porque, antes de esta época, en Laodicea, que está en Siria, antiguamente sacrificaban una virgen a Minerva, pero ahora sacrifican un venado. Los cartagineses, que habitan en Libia, también sacrificaban hombres antiguamente; pero esta costumbre fue abolida por Ifícrates. Y los dumatios, un pueblo de Arabia, sacrificaban anualmente a un chico, al cual enterraban bajo el altar, y que era usado por ellos como una estatua. Pero Filarco cuenta que era la costumbre general de todos los griegos el inmolar hombres antes de ir a la guerra. Omito la mención a los tracios y escitas y también a los atenienses, que mataron a la hija de Erecteo y Praxitea. E incluso actualmente, ¿quién ignora que en la gran ciudad de Roma, en la fiesta de Júpiter Lacial, cortan la garganta de un hombre? La carne humana, sin embargo, a este respecto no es para ser comida; aunque, debido a cierta necesidad, un hombre puede ser sacrificado. Por ejemplo, cuando llega la hambruna durante un sitio, algunos de los sitiados se alimentan de los otros; sin embargo, al mismo tiempo aquéllos que lo hacen así son considerados execrables y el hecho se considera como impío.

Porfirio. De la abstinencia de comida de origen animal, II, 56.

domingo, 15 de julio de 2012

Mentiras cretenses

Vista desde el santuario minoico en la cima del monte Iuktas (Creta)

¿Cómo vamos a cantar acerca de él -como señor de Dicte o de Lyceo? Mi alma está en duda, ya que se debate acerca de su nacimiento. Oh Zeus, algunos dicen que tú naciste en las colinas de Ida; otros, oh Zeus, dicen que en Arcadia. ¿Estos o aquellos mienten, oh Padre? "Los cretenses son mentirosos siempre". Sí, los cretenses construyeron una tumba para ti, oh Señor; pero tú no moriste, porque tú existes para siempre.

Calímaco. Himno a Zeus, 4-9

Este dicho proverbial, atribuido a Epimenides, es citado por San Pablo en la Epístola a Tito, 1, 12: "Fue precisamente uno de su raza, a quien ellos tienen por profeta, el que dijo: "Cretenses, siempre mentirosos, malas bestias y comilones perezosos", y parece que Arato alude a ello en los Fenómenos, 30. La explicación dada por Atenodoro de Eretria es que Tetis y Medea, teniendo una disputa acerca de cuál de ellas era la más bella, confiaron la decisión a Idomeneo de Creta. Él decidió a favor de Tetis, sobre lo cual Medea dijo "los cretenses son mentirosos siempre" y los maldijo para que nunca dijesen la verdad.

La leyenda cretense contaba que Zeus fue un príncipe que fue muerto por un verraco salvaje y se le enterró en Creta. Su tumba se localizó en diversos sitios y la tradición de "la tumba de Zeus" se atribuye a varios lugares incluso en tiempos modernos, especialmente en el monte Iuktas.

viernes, 6 de julio de 2012

Los ladrones de miel




Beo cuenta este relato en el segundo libro del Origen de los pájaros.
En Creta se dice que hay una cueva llena de abejas. En ella, como dice el narrador, Rhea dio a luz a Zeus; es un lugar sagrado y nadie puede acercarse a él, sea dios o mortal. En el tiempo fijado cada año se veía salir de la cueva un gran resplandor.
Su historia continúa diciendo que esto sucede cuando la sangre del nacimiento de Zeus empieza a hervir. Las abejas sagradas, que fueron las nodrizas de Zeus, ocupan esta cueva. Layo, Celeo, Cerbero y Egolio fueron lo bastante audaces para acercarse a la cueva para recolectar una gran cantidad de miel. Con sus cuerpos encerrados en bronce, recogieron la miel de las abejas y miraron los pañales de Zeus. Su armadura de bronce cayóse de sus cuerpos.
Zeus tronó y blandió su rayo, pero Fates y Temis le detuvieron. Era impío para cualquiera morir allí. Así que Zeus les convirtió a todos en pájaros. De ellos desciende la raza de las aves de los presagios, los zorzales azules de roca, los pájaros carpinteros, los cerberos y las lechuzas de Egolio. Su aparición anuncia acertadamente el bien, mejor que otras aves, porque ellos vieron la sangre de Zeus.

Antonino Liberal. Metamorfosis, 19.

jueves, 5 de julio de 2012

La tumba de Neoptolemo y la piedra de Cronos


Delfos

En Delfos, dejando el templo de Apolo y girando a la izquierda, llegarás a un recinto en el cual está la tumba de Neoptolemo, el hijo de Aquiles. Cada año los habitantes de Delfos le hacen sacrificios como a un héroe. Subiendo desde la tumba llegarás a una piedra de un tamaño no muy grande. Sobre ésta cada día derraman aceite de oliva, y en cada fiesta ponen sobre ella lana sin trabajar. Hay también la creencia de que esta piedra es la que fue dada a Cronos en lugar de su hijo Zeus y que Cronos la vomitó otra vez.

Pausanias. Descripción de Grecia, X, 24, 6.

martes, 3 de julio de 2012

Las islas de los dioses


Demetrio dijo que entre las islas que están cerca de Britania, había muchas aisladas, que tenían pocos o ningún habitante, algunas de las cuales llevaban los nombres de divinidades o héroes. Él mismo, por orden del emperador, había hecho un viaje de indagación y observación a la más cercana de estas islas, que tenía sólo unos pocos habitantes, hombres santos que eran todos tenidos por intocables por los bretones. Poco después de su llegada ocurrió un gran tumulto en el aire y muchos portentos; se abatieron súbitamente vientos violentos y los relámpagos caían a la tierra. Cuando hubieron disminuido, la gente de la isla dijo que había ocurrido la muerte de alguna de las almas más poderosas. “Porque, dijeron ellos, así como cuando es encendida una lámpara no hay miedo y cuando se apaga es angustioso para muchos, así las grandes almas tienen un inicio a la vida que es amable e inofensivo, pero su muerte y disolución con frecuencia fomenta las tempestades y las tormentas, como en el momento presente, y a menudo infecta el aire con propiedades pestilentes”. Por otra parte, dijeron que en esta parte del mundo hay una isla donde Cronos está confinado, vigilado por Briareo mientras duerme; porque su sueño ha sido ideado como una esclavitud para él, y a su alrededor hay muchos semidioses como asistentes y servidores.

Plutarco. La obsolescencia de los oráculos, 18.

domingo, 1 de julio de 2012

El nacimiento de Poseidón


Poseidón de Artemision (s. V a.C.)

La siguiente historia es contada por los arcadios. Cuando Rhea dio a luz a Poseidón, lo puso en un rebaño para que viviese con los corderos, y un manantial también recibió su nombre sólo porque los corderos pastaban a su alrededor. Rhea, se dice, declaró a Cronos que había dado a luz a un caballo, y le dio un potro para que se lo tragase en lugar del niño, así como le dio una piedra envuelta en pañales en lugar de Zeus.

Pausanias. Descripción de Grecia, VIII, 8, 2.

jueves, 28 de junio de 2012

La constelación del Auriga


La constelación del Auriga en un grabado del siglo XVIII.

Cuentan de éste que Zeus, al ver que fue el primer hombre en uncir los caballos al carro (se trataba de Erictonio, nacido de Hefesto y de Gea), quedó admirado de que hubiera conseguido un carro semejante al de Helio, gracias a uncir caballos blancos, y lo elevó a las estrellas. También condujo por vez primera una procesión en honor a Atenea en la Acrópolis, y dio fama además a los sacrificios en su honor, glorificando su estatua. Eurípides cuenta su nacimiento de la siguiente manera. Hefesto se enamoró de Atenea y quiso unirse a ella, pero ésta lo rechazó y, prefiriendo la virginidad, ocultóse en cierto lugar del Ática, al cual se denomina por él Hefesteo. Creyendo que la dominaría, Hefesto la atacó, pero fue herido por ella con la lanza y su deseo cedió, en tanto que el semen cayó sobre la tierra. Cuéntase que de ésta nació  un niño, que por eso se llamó Erictonio (de éris, "disputa"). Cuando éste creció, averiguó lo ocurrido y se ganó la admiración como atleta que fue. Celebraba con dedicación las Panateneas y guiaba su carro sirviéndose de un asistente que portaba un pequeño escudo y un casco de tres penachos sobre la cabeza. Por imitación de él existe el llamado apobátes (el jinete que saltaba de un caballo a otro durante una carrera, o el que saltaba del carro al final de la carrera y la acababa a pie).

Dentro de esta constelación se inscriben las figuras de la Cabra y de los Cabritos. En efecto, el poeta Museo dice que el recién nacido Zeus fue puesto en manos de Temis por Rea, que Temis entregó el retoño a Amaltea, y que ésta colocó a Zeus debajo de una cabra que poseía, para que ésta lo criara. La cabra era hija de Helio, y tan espantosa, que los dioses contemporáneos de Crono (los Cíclopes y los Hecatonquiros), aterrorizados por su aspecto, determinaron que Gea la ocultara en una de las cuevas de Creta. Una vez oculta, encargó a Amaltea su cuidado, y ésta crió a Zeus con la leche de la cabra. Cuando el niño alcanzó la juventud y se disponía a combatir contra los Titanes, pero carecía de armas, le fue vaticinado que usara la piel de la cabra a modo de arma por ser ésta invulnerable y terrorífica debido a que tenía en mitad del lomo el rostro de Gorgona. Zeus así lo hizo y con esta estratagema se mostró con redoblado poder. Después de cubrir los huesos de la cabra con el resto de la piel y restituirle el hálito vital y la inmortalidad, dícese que la dispuso como constelación en el firmamento.

Afirman algunos que era el auriga de Enómao, de nombre Mírtilo, hijo de Hermes.

Tiene una estrella en la cabeza, una en cada hombro, de las cuales la del izquierdo, llamada Cabra, es brillante, una en cada codo; una en la mano derecha y dos en la mano izquierda, llamadas Cabritos. Ocho en total.

Eratóstenes. Catasterismos, XIII.
Versión de Manuel Sanz Morales.

lunes, 18 de junio de 2012

El mito de Zeus según Diodoro


Pendiente de oro representando a dos abejas (Museo Arqueológico de Heraklion, Creta)

Respecto al nacimiento de Zeus y la manera en que llegó a ser rey, no hay acuerdo. Algunos dicen que accedió a la dignidad real después de que Cronos pasase de entre los hombres a la compañia de los dioses, no venciendo a su padre con violencia, sino en la manera prescrita por la costumbre y con justicia, habiendo sido juzgado digno de tal honor. Pero otros cuentan un mito que es como sigue: le fue dicho a Cronos un oráculo respecto al nacimiento de Zeus que aseguraba que el hijo que nacería le arrebataría la monarquía por la fuerza.
En consecuencia Cronos una y otra vez acabó con los hijos que engendró; pero Rhea, apenada como estaba, y sin embargo carente del poder para cambiar el propósito de su esposo, cuando dio a luz a Zeus, le ocultó en el monte Ida, como es llamado, y, sin el conocimiento de Cronos, confió la crianza del bebé a los Curetes que habitaban en las cercanías del monte Ida. Los Curetes le llevaron a cierta cueva donde lo entregaron a las ninfas, con la orden de que debían atender a cada necesidad suya.
Y las ninfas alimentaron al niño con una mezcla de miel y leche y le criaron en la ubre de la cabra que fue llamada Amaltea. Muchas evidencias del nacimiento y crianza de este dios permanecen hasta este día en la isla de Creta.
Por ejemplo, cuando era llevado, siendo todavía un niño, por los Curetes, dicen que se le cayó el cordón umbilical (omphalos) cerca del río conocido como Tritón, y que este lugar ha sido sagrado y ha sido llamado Ómfalo después de este incidente, mientras que de manera parecida la llanura que hay en torno ha sido conocida como Omfaleo. Y en el monte Ida, donde el dios fue alimentado, la cueva a su vez en que pasó sus días se ha hecho sagrada por él, y los prados que la rodean sobre las crestas de la montaña, han sido de alguna manera consagrados a él.
Pero los más asombroso de todo lo que relata el mito tiene que ver con las abejas, y no vamos a omitir la mención de ello: el dios, dicen, deseando preservar un recuerdo inmortal de su estrecha relación con las abejas, cambió su color, haciéndolo cobrizo con el destello del oro, y como esta región está a muy gran altitud, donde soplan fuertes vientos y caen nieves abundantes, hizo a las abejas insensibles a tales cosas y que no fuesen afectadas por ellas, ya que deben revolotear sobre las más invernales extensiones.
A la cabra que le amamantó también le acordó ciertos honores, y en particular Zeus tomó de ello un sobrenombre, siendo llamado Egioco. Y cuando alcanzó la virilidad fundó una ciudad en Dicte, donde en efecto el mito establece que nació; en tiempos posteriores la ciudad fue abandonada, pero aún se conservan algunos bloques de piedra de sus cimientos.

Diodoro Sículo. Biblioteca de historia, V, 70.

martes, 5 de junio de 2012

La guerra contra Cronos y los Titanes


Jordaens: La caída de los Titanes

Cuando Zeus hubo crecido, tomó a Metis, hija de Océano, para que le ayudase. Ella dio a Cronos una droga para beber, que le obligó a vomitar primero la piedra y luego a los hijos que se había tragado. Con la ayuda de ellos, Zeus libró la guerra contra Cronos y los Titanes. Lucharon durante diez años y Gea profetizó la victoria para Zeus si tenía como aliados a aquellos que habían sido arrojados al Tártaro. Así Zeus mató a su guardiana Campe y soltó sus ataduras. Entonces los Cíclopes dieron a Zeus el trueno y el relámpago y el rayo, y a Plutón le otorgaron un casco y a Poseidón un tridente. Provistos de estas armas los dioses superaron a los Titanes, los encerraron en el Tártaro y pusieron a los gigantes de cien manos como sus guardianes; para sí mismos se repartieron las porciones de la soberanía: a Zeus se le asignó el dominio del cielo, a Poseidón el dominio del mar y a Plutón el dominio del Hades.

Apolodoro. Biblioteca, 1,2,1.

lunes, 4 de junio de 2012

La rebelión de los titanes


Cornelis van Haarlem: La caída de los Titanes

Después de que Juno viese que Épafo, nacido de Júpiter y una concubina (Ío de Argos), gobernaba un reino tan grande como Egipto, se encargó de que fuese muerto mientras cazaba, y animó a los Titanes para que quitasen a Júpiter del trono y se lo devolviesen a Saturno. Cuando intentaron subir al cielo, Júpiter los arrojó de cabeza al Tártaro con la ayuda de Minerva, Apolo y Diana. Sobre Atlas, que había sido su líder, puso la la bóveda del cielo;  se dice que incluso ahora sostiene el cielo sobre sus hombros.

Higino. Fábulas, 150.

jueves, 31 de mayo de 2012

Los Curetes, protectores de Júpiter


Rubens: Opis con dos niños

Después de que Opis hubo dado a luz a Júpiter, hijo de Saturno, Juno le pidió que se lo diera a ella, ya que Saturno había arrojado a Orco bajo el Tártaro y a Neptuno bajo el mar, porque sabía que su hijo le robaría el reino. Cuando él había pedido a Opis lo que había dado a luz para devorarlo, Opis le mostró una piedra envuelta en pañales como un bebé; Saturno la devoró. Cuando se dio cuenta de lo que había hecho, empezó a buscar a Júpiter por toda la Tierra. Juno, sin embargo, se llevó a Júpiter a la isla de Creta y Amaltea, la nodriza del niño, le colgó de un árbol en una cuna para que no pudiese ser encontrado ni en el cielo ni en la tierra ni en el mar. Y para que no se oyesen los gritos del bebé, llamó a unos jóvenes y les dio pequeños escudos de bronce y espadas, y les ordenó que rodeasen el árbol haciendo ruido. En griego a estos se les llama Curetes; otros les llaman Coribantes; sin embargo en Italia se les llama Lares.

Higino. Fábulas, 139.

miércoles, 30 de mayo de 2012

Los Curetes frigios

 Rhea y los Curetes con el niño Zeus (grabado del siglo XVIII)

Un batallón armado, que los griegos
Llaman Curetas frigios, retozando
Con pesadas cadenas se sacuden:
Y bailan al compás, y alegres miran
La sangre que les corre, y agitando
Con furor los terríficos penachos
De sus cabezas, traen a la memoria                          
Los Curetas dicteos, que ocultaron
En Creta aquel vagido, según dicen,
De Jove un tiempo, mientras que giraban
En leve danza, armados los infantes
En torno al niño, y a compás herían
El bronce estrepitoso por el miedo
De que Saturno no le devorase
Con su diente cruel, y eternamente
Hiriese el tierno pecho de la madre:
Por eso la acompaña gente armada;                           
Cual si quisiera predicar la Diosa (Rhea o Cibeles)
Que con las armas y el valor defiendan
Los hombres a su patria, y sean a un tiempo
El amparo y la gloria de sus padres.

Lucrecio. De la naturaleza de las cosas, II, 633 y siguientes.
Traducción en verso de José Marchena (1768-1821).

viernes, 25 de mayo de 2012

Zeus sucede a Cronos

Zeus con el águila y el rayo (cerámica) (Museo del Louvre)

Cuando Rhea ya estaba a punto de dar a luz a Zeus, padre de dioses y hombres, entonces suplicó enseguida a sus padres, los de ella, Gea y el estrellado Urano, que le ayudaran a urdir un plan para tener ocultamente el parto de su hijo y vengar las Erinias de su padre y de los hijos que se tragó el poderoso Cronos de mente retorcida. Aquéllos escucharon atentamente a su hija y la obedecieron; la pusieron ambos al corriente de cuanto estaba decretado que ocurriera respecto al rey Cronos y a su intrépido hijo, y la enviaron a Licto, a un rico pueblo de Creta, cuando ya estaba a punto de parir al más joven de sus hijos, el poderoso Zeus. A éste le recogió la monstruosa Gea para criarlo y cuidarlo en la espaciosa Creta. Allí se dirigió, llevándole, al amparo de la rápida negra noche, en primer lugar, a Licto. Le cogió en sus brazos y le ocultó en una profunda gruta, bajo las entrañas de la divina tierra, en el monte Egeo de densa arboleda. Y envolviendo en pañales una enorme piedra, la puso en manos del gran soberano Uránida, rey de los primeros dioses. Aquél la agarró entonces con sus manos y la introdujo en su estómago, ¡desgraciado! No advirtió en su corazón que, a cambio de la piedra, se le quedaba para el futuro su invencible e imperturbable hijo, que pronto, venciéndole con su fuerza y sus propias manos, iba a privarle de su dignidad y a reinar entre los Inmortales. Rápidamente crecieron luego el vigor y los hermosos miembros del soberano. Y al cabo de un año echó fuera de nuevo su prole el poderoso Cronos de mente retorcida, engañado por las hábiles indicaciones de Gea, vencido por la fuerza y habilidad de su hijo. Primero vomitó la piedra, última cosa que se tragó; y Zeus la clavó sobre la anchurosa tierra, en la sacratísima Pito, en los valles del pie del Parnaso, monumento para la posteridad, maravilla para los hombres mortales. Libró a sus tíos paternos de sus dolorosas cadenas, a los Uránidas Brontes, Estéropes y el vigoroso Arges, a los que insensatamente encadenó su padre Cronos; aquéllos le guardaron gratitud por sus beneficios y le regalaron el trueno, el llameante rayo y el relámpago; antes los tenía ocultos la enorme Gea, y con ellos seguro gobierna a mortales e inmortales.

Hesíodo. Teogonía, 470-505.

miércoles, 18 de abril de 2012

La infancia de Zeus (2)

La cueva de Ideon en el monte Dicte (Creta)

Cuando la ninfa Neda, llevándote hacia Cnosos, oh padre Zeus, dejaba Thena (porque Thena está cerca de Cnosos), entonces, oh Dios, cayó tu ombligo: de aquí que los cidonios llamen a esta llanura la llanura del Ombligo. Para ti, oh Zeus, los compañeros Coribantes cogieron sus armas, las ninfas melíades del monte Dicte y Adrasteia te tendieron para descansar en una cuna de oro, y tú mamaste la rica ubre de la cabra Amaltea y también comiste la dulce miel de panal. Porque súbitamente en las colinas del Ida, que los hombres llaman Panacra, aparecieron estas obras de las abejas del Panacra. Y los Curetes bailaron vigorosamente a tu alrededor una danza guerrera, golpeando su armadura, de manera que Cronos pudiese oír con sus oídos el ruido del escudo, pero no tu bulla infantil.

Calímaco. Himno a Zeus, 42-53

sábado, 14 de abril de 2012

La cerda del monte Dicte

Ruinas de Pressos (Creta)

Hablando de cerdos, este animal es sagrado entre los cretenses. Agatocles de Babilonia, en su libro Sobre Cízico, nos cuenta: "En Creta cuentan la historia acerca del nacimiento de Zeus en el monte Dicte, donde hay un rito secreto. Se dice que una cerda  dio de mamar a Zeus y, mientras ella vagaba por allí, con sus propios gruñidos provocó que el lloriqueo del niño fuese inaudible para los que pasaban. Por lo tanto, este animal es mirado por todos con gran reverencia y nadie, dice Agatocles, comería su carne. La gente de Pressos ofrece incluso sacrificios al cerdo y este rito es observado regularmente por ellos antes de la ceremonia del matrimonio". Un relato parecido nos lo da Neantes de Cízico en el segundo libro de su obra  Sobre el ritual de la iniciación.

Ateneo. El banquete de los eruditos, IX, 375f-376a.

viernes, 13 de abril de 2012

La infancia de Zeus

 La cueva de Dicte (Psychro, Creta)

Rabiosa porque Cronos se tragaba a sus hijos apenas nacían, Rhea se refugió en Creta, cuando estaba embarazada de Zeus, y dio a luz en la cueva de Dicte. Entregó el bebé Zeus a los Curetes y a las ninfas Adrastia e Ida, hijas de Meliseo, para que lo criaran.
Estas ninfas alimentaron al niño con la leche de Amaltea y los Curetes armados guardaban al bebé en la cueva, haciendo chocar sus espadas contra los escudos de manera que Cronos no pudiese oir la voz del niño. Pero Rhea envolvió una piedra con pañales y se la dio a Cronos para que se la tragase, como si fuese el niño recién nacido.

Apolodoro. Biblioteca, I, 1, 6-7.

jueves, 12 de abril de 2012

El cuerno de la abundancia

 Rubens: Ninfas con el cuerno de la abundancia

¿Qué te piensas que es el cuerno de Amaltea, que así como lo pintan parece un cuerno de vaca?
Simplemente dinero, ¿no es así?
Si tienes dinero, todo lo que tienes que hacer es decir lo que quieres y el dinero te lo da: amigos, ayudantes, testigos, cómplices y Dios sabe qué.


Filemón. El manto del expósito. Fragmento 65

miércoles, 11 de abril de 2012

La estrella Capella

 La estrella Capella sobre el Himalaya

Si es tu deseo prestar atención a la constelación del Auriga y sus estrellas, y si la fama de la misma estrella Capella (cabrita) y los Muchachos (Cabritos) ha llegado a ti, la cual los hombres agitados por la tormenta han visto con frecuencia en la profundidad oscura, la encontrarás en todo su poder dirigiéndote hacia la mano izquierda de los Gemelos (estrellas Cástor y Polux). Frente a ella gira la parte superior de la cabeza de la Hélice (Osa Mayor), pero sobre el hombro izquierdo del Auriga se encuentra la Cabra sagrada, que, como cuenta la leyenda, dio de mamar a Zeus. Los intérpretes de Zeus la llaman la Cabra de Oleno. Es grande y brillante, pero allí en la cintura del Auriga brillan débilmente los Muchachos (Cabritos).

Arato. Fenómenos, 156-166.


Constelación del Auriga

lunes, 9 de abril de 2012

Las nodrizas de Júpiter

 Nicolas Poussin: Júpiter alimentado por la cabra Amaltea

Un cierto Oleno, hijo de Vulcano, tuvo dos hijas: las ninfas Aex y Helice, que fueron nodrizas de Júpiter. Otros han dicho que determinadas ciudades fueron llamadas a partir de sus nombres (Oleno en Aulis, Helice en el Peloponeso y Aex en Hemonia), sobre lo cual Homero escribe en el segundo libro de la Ilíada. Pero Parmenisco dice que un tal Meliseo fue rey en Creta y que Júpiter fue traido a sus hijas para criarse. Ya que ellas no tenían leche, le proporcionaron una cabra llamada Amaltea, la cual se dice que le crió. Ella a menudo paría cabritos gemelos y, al mismo tiempo que Júpiter le fue traido para criar, había dado a luz un par. Y así, por la bondad de la madre, los hijos también fueron incluidos entre las constelaciones. Se dice que Cleostrato de Tenedos fue el primero que señaló a estos cabritos entre las estrellas.
Pero Museo dice que Júpiter fue criado por Themis y la ninfa Amaltea, a quienes fue dado por Ops, su madre. Entonces Amaltea tenía como mascota a cierta cabra que se dice que fue la que crió a Júpiter.
Algunos han llamado a Aex la hija del Sol, la cual sobrepasaba en belleza de cuerpo a muchas, pero como contraste a esta belleza, tenía la más horrible cara. Aterrorizados por esto, los Titanes rogaron a la Tierra que ocultase el cuerpo de ella, y se dice que la Tierra la escondió en una cueva en la isla de Creta. Más tarde se convirtió en nodriza de Júpiter, como dijimos antes.

Higino. Astronomía poética, II, 13.

lunes, 26 de marzo de 2012

Las sombras del monte Liceo

Santuario en la cima del monte Liceo (Arcadia, Grecia)

Entre las maravillas del monte Liceo, la más maravillosa es ésta. En éste hay un recinto de Zeus Liceo, en el cual no se permite entrar a la gente. Si alguien no se entera de la norma y entra, inevitablemente no debe vivir más que un año. Por otra parte, era leyenda corriente que todos por igual dentro del recinto, fuesen bestias u hombres, no tenían sombra. Por esta razón, cuando un animal se refugiaba en el recinto, el cazador no corría dentro a por él, sino que se quedaba fuera, y aunque podía ver al animal, no podía ver su sombra. También en Syene (Asuán), solamente en este lado de Etiopía, ni árbol ni criatura tienen una sombra, siempre y cuando el sol esté en la constelación de Cáncer, pero el recinto del monte Liceo afecta a las sombras de la misma manera siempre y en cada estación.

Pausanias. Descripción de Grecia, VIII, 38, 6.

sábado, 24 de marzo de 2012

Las estatuas de Ártemis

 Diana de Versalles (Museo del Louvre)(s. IV a.C.)

La ciudad de Iasos está situada en la costa de Asia, en el golfo situado entre el Poseidón milesio y Mindos, llamado por algunos el golfo de Iasos, pero usualmente es conocido como el golfo de Bargilia, nombres de las ciudades que se encuentran en él. Iasos proclama haber sido originalmente una colonia de Argos recolonizada por Mileto, hijo de Neleo y fundador de la ciudad del mismo nombre, que había sido invitado a venir aquí por sus antiguos habitantes debido a las pérdidas que habían sufrido en la guerra con los carios. La ciudad tiene una circunferencia de diez estadios (1775 m.). Se cuenta y se cree que en Bargilia la lluvia y la nieve nunca caen sobre la estatua de Artemis Kyndias, aunque está al aire libre, y la misma historia se cuenta de la de Artemis Astias en Iasos. Yo mismo a lo largo de mi obra entera he visto con oposición y repugnancia tales declaraciones hechas por historiadores constantemente, porque pienso que creer cosas que están no solamente más allá de los límites de la probabilidad sino también más allá de los de la posibilidad demuestra una ingenuidad completamente infantil. Por ejemplo, es un signo de inteligencia embotada decir que algunos cuerpos sólidos situados a la luz no presentan sombra, como Teopompo hace cuando nos cuenta que aquéllos que entran en el santo de los santos de Zeus en Arcadia pierden su sombra.
La aseveración acerca de estas estatuas es completamente de la misma naturaleza. En verdad en casos en que tales declaraciones contribuyen a mantener un sentimiento de piedad hacia los dioses entre la gente común, debemos excusar a ciertos escritores por relatar maravillas y cuentos de esa clase, pero no debemos tolerar lo que va demasiado lejos. Quizá en todos los asuntos es difícil establecer un límite, pero hay que ponerlo. Por lo tanto, en mi opinión al menos, mientras que debemos perdonar errores ligeros y ligeras falsedades de opinión, cada aseveración que muestre exceso a este respecto, debe ser rechazada sin concesiones.

Polibio. Historias, XVI, 12.

domingo, 26 de febrero de 2012

El miedo de Cronos

Matrimonio sagrado de Cronos y Rea (s. V a.C.)

Rea, entregada a Cronos, tuvo famosos hijos: Hestia, Deméter, Hera de áureas sandalias, el poderoso Hades que reside bajo la tierra con implacable corazón, el resonante Ennosigeo y el prudente Zeus, padre de dioses y hombres, por cuyo trueno tiembla la anchurosa tierra. A los primeros se los tragó el poderoso Cronos según iban viniendo a sus rodillas desde el sagrado vientre de su madre, conduciéndose así para que ningún otro de los ilustres descendientes de Urano tuviera dignidad real entre los Inmortales. Pues sabía por Gea y el estrellado Urano que era su destino sucumbir a manos de su propio hijo, por poderoso que fuera, víctima de los planes del gran Zeus. Por ello no tenía descuidada la vigilancia, sino que, siempre al acecho, se iba tragando a sus hijos; y Rea sufría terriblemente.

Hesíodo. Teogonía, 453-467.

viernes, 24 de febrero de 2012

Cronos destrona a Urano

 Rea entrega sus hijos a Cronos

Gea, apenada por la destrucción de sus hijos, que habían sido arrojados al Tártaro, persuadió a los Titanes para que atacasen a su padre y dio a Cronos una hoz de diamante. Y ellos, excepto Océano, atacaron a Urano y Cronos cortó los genitales de su padre y los arrojó al mar; y de las gotas de la sangre que fluía nacieron las Furias, esto es, Alecto, Tisífone y Megera. Y, habiendo destronado a su padre, los Titanes trajeron a sus hermanos que habían sido lanzados al Tártaro, y entregaron la soberanía a Cronos. Pero él otra vez les confinó y encerró en el Tártaro y se casó con su hermana Rea; y desde que Gea y Urano le predijeron que sería destronado por su propio hijo, acostumbraba tragarse a su descendencia en el nacimiento. Se tragó a su primogénita Hestia, luego a Démeter y Hera y, después de ellas, a Plutón y Poseidón.

Apolodoro. Biblioteca, I, 1, 4-5.

domingo, 19 de febrero de 2012

Prisión de los titanes

 Rubens: Caída de los titanes

A Briareo, a Coto y a Giges, cuando en un principio su padre Urano se irritó con ellos en su corazón, les ató con fuerte cadena receloso de su formidable vigor, así como de su belleza y estatura, y les hizo habitar bajo la espaciosa tierra. Allí aquéllos, entre tormentos, viviendo bajo la tierra, permanecieron en lugar remoto, en los confines de la ancha tierra, por largo tiempo, muy angustiados y con su corazón lleno de terrible dolor.

Hesíodo. Teogonía, 616-623.

sábado, 18 de febrero de 2012

La castración de Urano

Giorgio Vasari: La castración de Urano

Acostada Gea con Urano, alumbró a Océano de profundas corrientes, a Ceo, a Crío, a Hiperión, a Jápeto, a Tea, a Rea, a Temis, a Mnemósine, a Febe de áurea corona y a la amable Tetis. Después de ellos nació el más joven, Cronos, de mente retorcida, el más terrible de los hijos y se llenó de un intenso odio hacia su padre. Dió a luz además a los Cíclopes de soberbio espíritu, a Brontes, a Estéropes y al violento Arges, que regalaron a Zeus el trueno y le fabricaron el rayo. Éstos en lo demás eran semejantes a los dioses, pero en medio de su frente había un solo ojo. Cíclopes era su nombre por eponimia, ya que efectívamente, un solo ojo completamente redondo se hallaba en su frente. El vigor, la fuerza y los recursos presidían sus actos. También de Gea y Urano nacieron otros tres hijos enormes y violentos cuyo nombre no debe pronunciarse: Coto, Briareo y Giges, monstruosos engendros. Cien brazos informes salían agitadamente de sus hombros y a cada uno le nacían cincuenta cabezas de los hombros, sobre robustos miembros. Una fuerza terriblemente poderosa se albergaba en su enorme cuerpo.
Pues bien, cuantos nacieron de Gea y Urano, los hijos más terribles, estaban irritados con su padre desde siempre. Y cada vez que alguno de ellos estaba a punto de nacer, Urano los retenía a todos ocultos en el seno de Gea sin dejarles salir a la luz y se gozaba cínicamente con su malvada acción. La monstruosa Gea, a punto de reventar, se quejaba en su interior y urdió una cruel artimaña. Produciendo al punto un tipo de brillante acero, forjó una enorme hoz y luego explicó el plan a sus hijos. Armada de valor dijo afligida en su corazón: “¡Hijos míos y de soberbio padre! Si queréis seguir mis instrucciones, podremos vengar el cruel ultraje de vuestro padre; pues él fue el primero en maquinar odiosas acciones.” Así habló y lógicamente un temor los dominó a todos y ninguno de ellos se atrevió a hablar. Mas el poderoso Cronos, de mente retorcida, armado de valor, al punto respondió con estas palabras a su prudente madre: “Madre, yo podría, lo prometo, realizar dicha empresa, ya que no siento piedad por nuestro abominable padre; pues él fue el primero en maquinar odiosas acciones.” Así habló. La monstruosa Gea se alegró mucho en su corazón y le apostó secretamente en emboscada. Puso en sus manos una hoz de agudos dientes y disimuló perfectamente la trampa. Vino el poderoso Urano conduciendo la noche, se echó sobre la tierra ansioso de amor y se extendió por todas partes. El hijo, saliendo de su escondite, logró alcanzarle con la mano izquierda, empuñó con la derecha la prodigiosa hoz, enorme y de afilados dientes, y apresuradamente segó los genitales de su padre y luego los arrojó a la ventura por detrás. No en vano escaparon aquéllos de su mano. Pues cuantas gotas de sangre salpicaron, todas las recogió Gea. Y al completarse un año, dió a luz a las poderosas Erinias, a los altos Gigantes de resplandecientes armas, que sostienen en su mano largas lanzas, y a las Ninfas que llaman Melias sobre la tierra ilimitada.

Hesíodo. Teogonía, 133-187.

miércoles, 15 de febrero de 2012

Las protectoras de Menelao

 Menelao persigue a Paris (ceràmica s. V a.C.)

Sentados en el áureo pavimento a la vera de Zeus, los dioses celebraban consejo. La venerable Hebe escanciaba néctar, y ellos recibían sucesivamente la copa de oro y contemplaban la ciudad de Troya. Pronto el Cronión intentó zaherir a Hera con mordaces palabras; y hablando fingidamente, dijo:
Dos son las diosas que protegen a Menelao, Hera argiva y Atenea alalcomenia; pero sentadas a distancia, se contentan con mirarle; mientras que la risueña Afrodita acompaña constantemente a Paris y le libra de las Moiras, y ahora le ha salvado cuando él mismo creía perecer. Pero como la victoria quedó por Menelao, caro a Ares, deliberemos sobre sus futuras consecuencias; si conviene promover nuevamente el funesto combate y la terrible pelea, o reconciliar a entrambos. Si a todos pluguiera y agradara, la ciudad del rey Príamo continuaría poblada y Menelao se llevaría la argiva Helena.

Homero. Ilíada, IV, 1-19.

martes, 14 de febrero de 2012

Las cinco edades del hombre

 Pietro da Cortona: La Edad de Oro

Cuando al mismo tiempo nacieron los Dioses y los hombres mortales, primero los Inmortales que tienen moradas olímpicas crearon la Edad de Oro de los hombres que hablan. Bajo el imperio de Cronos que mandaba en el Urano, vivían como Dioses, dotados de un espíritu tranquilo. No conocían el trabajo, ni el dolor, ni la cruel vejez; guardaban siempre el vigor de sus pies y de sus manos, y se encantaban con festines, lejos de todos los males, y morían como se duerme. Poseían todos los bienes; la tierra fértil producía por si sola en abundancia; y en una tranquilidad profunda, compartían estas riquezas con la muchedumbre de los demás hombres irreprochables.
Pero, después de que la tierra hubo escondido esta generación, se convirtieron en Dioses, por voluntad de Zeus, aquellos hombres excelentes y guardianes de los mortales. Vestidos de aire, van por la tierra, observando las acciones buenas y malas, y otorgando las riquezas, porque tal es su real recompensa.
Después, los habitantes de las moradas olímpicas suscitaron una segunda generación muy inferior, la Edad de Plata, que no era semejante a la Edad de Oro ni en el cuerpo ni en la inteligencia, Durante cien años, el niño era criado por su madre y crecía en su morada, pero sin ninguna inteligencia; y cuando había alcanzado la adolescencia y el término de la pubertad, vivía muy poco tiempo, abrumado de dolores a causa de la estupidez. En efecto, los hombres no podían abstenerse entre ellos de la injuriosa iniquidad, y no querían honrar a los Dioses, ni sacrificar en los altares sagrados de los Bienaventurados, como está prescrito a los hombres por el uso. Y Zeus Cronida, irritado, los absorbió, porque no honraban a los Dioses que habitan el Olimpo.
Después de que la tierra hubo escondido esta generación, estos mortales fueron llamados los Dichosos subterráneos. Están en segunda fila, pero se respeta su memoria.
Y el Padre Zeus suscitó una tercera raza de hombres parlantes, la Edad de Bronce, muy desemejante a la Edad de Plata. Al igual de fresnos, violentas y robustos, estos hombres no se preocupaban sino de injurias y de trabajos lamentables de Ares. No comían trigo, eran feroces y tenían el corazón duro como el acero. Era grande su fuerza, y sus manos inevitables se alargaban desde los hombros sobre sus miembros robustos. Y sus armas eran de bronce y sus moradas de bronce, y trabajaban el bronce, porque aún no existía el hierro negro. Domeñándose entre sí con sus propias manos, descendieron a la morada amplia y helada de Edes, sin honores. La negra Tanatos los asió, a pesar de sus fuerzas maravillosas, y dejaron la espléndida luz de Helios.
Después de que la tierra hubo escondido esta generación, Zeus Cronida suscitó otra divina raza de héroes más justos y mejores, que fueron llamados Semidioses en toda la tierra por la generación presente. Pero la guerra lamentable y la refriega terrible los destruyeron a todos, a unos en la tierra Cadmeida, delante de Tebas la de las siete puertas, en tanto combatían por los rebaños de Edipo; y a los otros, cuando en sus naves fueron a Troya, surcando las grandes olas del mar, a causa de Helena la de hermosos cabellos, Ios envolvió allí la sombra de la muerte. Y el Padre Zeus les dio un sustento y una morada desconocidos de los hombres, en las extremidades de la tierra. Y estos héroes habitan apaciblemente las islas de los Bienaventurados, allende el profondo Océano. Y allí, tres veces por año, les da la tierra sus frutos.
¡Oh, si no viviera yo en esta quinta generación de hombres, o más bien, si hubiera muerto antes o nacido después! Porque ahora es la Edad de Hierro. Los hombres no cesarán de estar abrumados de trabajos y de miserias durante el día, ni de ser corrompidos durante la noche, y los Dioses les prodigarán amargas inquietudes. Entretanto, los bienes se mezclarán con los males. Pero Zeus destruirá también esta generación de hombres cuando se les tornen blancos los cabellos. No será el padre semejante al hijo, ni el hijo al padre, ni el huesped al huésped, ni el amigo al amigo, y el hermano no será amado por su hermano como antes. Los padres viejos serán despreciados por sus hijos impíos, que les dirigirán palabras injuriosas, sin temer los ojos de los Dioses. Llenos de violencia, no restituirán a sus viejos padres el precio de los cuidados que de ellos recibieron. El uno saqueará la ciudad del otro. No habrá ninguna piedad, ninguna justicia, ni buenas acciones, sino que se respetará al hombre violento e inicuo. Ni equidad, ni pudor. El malo ultrajará al mejor con palabras engañosas, y perjurará. El detestable Zelo, que se regocija de los males, perseguirá a todos los míseros hombres. Entonces, volando de la anchurosa tierra hacia el Olimpo, y abandonando a los hombres, Edo y Némesis, vestidas con trajes blancos, se reunirán con la raza de los Inmortales. Y los dolores se quedarán entre los mortales, y ya no habrá remedio para sus males.

Hesíodo. Los trabajos y los días, 109-201.

lunes, 13 de febrero de 2012

La treta de Alalcomenes

 Zeus y Hera

Quizá debamos mencionar también la leyenda más tonta. Se dice que cuando Hera tenía diferencias con Zeus y no deseaba seguir casada con él más tiempo, se escondió. Él vagaba perplejo y se encontró con Alalcomenes, el nacido de la tierra, que le enseñó esto: para engañar a Hera, Zeus debía pretender tomar otra esposa. Así que Alalcomenes le ayudó y secretamente cortaron un alto y hermoso roble, le dieron forma y le vistieron con ropas nupciales y le llamaron Dédale: entonces el canto del himeneo fue debidamente cantado y las ninfas de Tritón trajeron agua lustral y Beocia suministró flautas y procesiones festivas.
Pero cuando estas representaciones continuaron, Hera no pudo soportarlo más. Bajó del monte Citerón, seguida por las mujeres de Platea, corrió hasta Zeus llena de ira y celos y, cuando la mentira fue manifiesta, se reconcilió con él y con alegría y risas ella misma condujo la procesión nupcial, dio honor adicional a la estatua y llamó a la fiesta Dédala. Sin embargo, quemó de celos aquella cosa, aunque carecía de vida.

Eusebio de Cesárea. Preparación evangélica, III, 1.

jueves, 9 de febrero de 2012

El primer hombre

 El río Nilo

Entonces la tierra, dicen los griegos, engendró un hombre, teniendo la primera un hermoso regalo, deseando ser madre no de plantas desprovistas de sentido ni de bestias sin razón, sino de una criatura gentil y altamente favorecida. Sin embargo es difícil, dicen los naasenos, comprobar si Alalcomeneo, el primero de los hombres, se levantó entre los beocios sobre el lago Cefiso; o si fueron los curetes del Ida, una raza divina; o los coribantes frigios, a quienes el sol vio primero surgiendo de la manera como crecen los árboles; o si Arcadia engendró a Pelasgo, más antiguo que la luna; o Eleusis produjo a Diaulo, un habitante de Raria; o Lemnos engendró a Cabiro, hijo hermoso de secretas orgías; o Pallene engendró a Alcioneo el flégreo, el más viejo de los gigantes. Pero los libios afirman que Iarbas, el primer nacido, emergiendo de áridas llanuras, empezó a comer la dulce bellota de Júpiter. El Nilo de los egipcios, dicen, fertiliza el barro hasta este día, por lo tanto genera animales, hace cuerpos vivientes, que adquieren la carne del vapor húmedo. Los asirios, sin embargo, dicen que Oannes, el comedor de peces, fue el primer hombre y nació entre ellos. Los caldeos, sin embargo, dicen que Adán es el  hombre al que únicamente engendró la tierra. Y yacía inanimado, inmóvil, quieto como una estatua; siendo una imagen de Aquél que está arriba, es celebrado como el hombre Adán, que ha sido engendrado por muchos poderes,  respecto a cuál individualmente existe una amplia discusión.

San Hipólito de Roma. Refutación de todas las herejías, V, 2.

jueves, 2 de febrero de 2012

Elogio de Grecia

Rafael: Platón

Nuestro país es digno de ser alabado por todos los hombres y no sólo por nosotros, por muchas y diversas razones, la primera y principal porque resulta ser amado de los dioses. Da fe de esta opinión nuestra la disputa y el juicio de los dioses que por él rivalizaron entre sí. Si los dioses lo han elogiado, ¿cómo no va a ser justo que lo elogien todos los hombres? Se le debería en justicia otro elogio. Que en aquel tiempo en que toda la tierra producía y hacía crecer animales de toda especie, salvajes y domésticos, entonces la nuestra se mostró estéril y limpia de bestias salvajes y de entre los seres vivos escogió para sí y procreó al hombre, el cual sobresale entre los demás seres por su inteligencia y es el único en reconocer una justicia y unos dioses. Una prueba importante de mi argumento de que esta tierra engendró a nuestros antepasados y a los de estos hombres es que todo ser vivo procreador tiene el alimento apropiado para su cría, y en esto se distingue claramente la mujer que realmente es madre de la que no lo es, pero lo finge, si no lleva consigo las fuentes del alimento para el recién nacido. Pues bien, nuestra tierra y, al propio tiempo, madre nos da una prueba convincente de que ha engendrado hombres: sólo ella en aquel tiempo produjo, la primera, un alimento idóneo para el hombre, el fruto del trigo y la cebada, con el cual se alimenta el género humano de la manera mejor y más bella, por haber engendrado en realidad ella misma este ser. Y este tipo de pruebas conviene admitirlas más para la tierra que para la mujer: no ha imitado, en efecto, la tierra a la mujer en la gestación y en el alumbramiento, sino la mujer a la tierra. Y no ha reservado celosamente para sí este fruto, sino que lo ha distribuido también a los demás. Después de esto, ha suscitado para sus hijos el nacimiento del aceite, auxilio contra las fatigas. Y después de haberlos criado y haberlos hecho crecer hasta la juventud, ha introducido como sus gobernantes y educadores a los dioses, cuyos nombres -que ya conocemos­- conviene omitir en una ocasión como ésta. Ellos han organizado nuestra vida de cara a la existencia cotidiana, al habernos educado, los primeros, en las artes y habernos enseñado la adquisición y el manejo de las armas para la defensa de nuestro país.

Platón. Menexeno, 237c-238b

sábado, 28 de enero de 2012

La creación del hombre según Ovidio

 Prometeo modela en barro al primer hombre (s. II a. C.)

Un ser más noble y más inteligente, hecho para dominar sobre todos los otros, faltaba aún a esta gran obra. El hombre nació: ya sea que el arquitecto supremo lo hubiese animado con un soplo divino, ya sea que la tierra conservase todavía, en su seno, algunas de las partes más puras del éter del cual acababa de ser separada, y el hijo de Japeto (Prometeo), empapando esta semilla fecunda, hubiese formado al hombre a imagen de los dioses, árbitros del universo; el hombre, distinto de los otros animales cuya cabeza se inclina hacia la tierra, puede contemplar los astros y fijar sus miradas sublimes en los cielos. Así la materia, antes informe y estéril, tomó la figura del hombre, hasta entonces desconocida en el universo.

Ovidio. Metamorfosis, I, 76-88.

martes, 17 de enero de 2012

Los garamantes

 Los garamantes o antiguos mande de Fezzan (Libia)

Tierra adentro hacia el sur viven los garamantes en un país de bestias salvajes. Huyen de la vista y la compañía de los hombres, no tienen armas de guerra ni saben cómo defenderse a ellos mismos.
Después de diez días de viaje desde Augila hay todavía otra colina de sal, manantiales de agua y palmeras datileras. Los hombres que viven aquí son llamados garamantes, una nación sumamente grande, que siembran en la tierra que han puesto sobre la sal. El camino más corto hacia la tierra de los comedores de loto es desde aquí, un viaje de treinta días. Entre los garamantes está el ganado que va hacia atrás mientras pace. La razón es que sus cuernos se curvan hacia adelante, por lo tanto no pueden ir en esa dirección porque sus cuernos se clavarían en el suelo. Así caminan hacia atrás paciendo. Por lo demás, son como cualquier otro ganado, excepto que su piel es más gruesa y más dura al tacto.
Estos garamantes van en sus carros de cuatro caballos persiguiendo a los etíopes trogloditas, porque estos son de pie más ligero que cualquier otro hombre del que nos hayan llegado noticias. Viven de serpientes y lagartos y otros reptiles. Su lenguaje es como no hay otro en el mundo: es como el chillido de los murciélagos.

Herodoto. Historia, IV, 174, 183.

miércoles, 11 de enero de 2012

Súplica de Aquiles a Tetis

 Ingres: Júpiter y Tetis

Dijo Aquiles a su madre Tetis:
Tú, si puedes, socorre a tu buen hijo; ve al Olimpo y ruega a Zeus, si alguna vez llevaste consuelo a su corazón con palabras o con obras. Muchas veces hallándonos en el palacio de mi padre, oí que te gloriabas de haber evitado, tú sola entre los inmortales, una afrentosa desgracia al Cronión, que amontona las sombrías nubes, cuando quisieron atarle otros dioses olímpicos, Hera, Poseidón y Palas Atenea. Tú, oh diosa, acudiste y le libraste de las ataduras, llamando al espacioso Olimpo al centímano a quien los dioses nombran Briareo y todos los hombres Egeón, el cual es superior en fuerza a su mismo padre, y se sentó entonces al lado de Zeus, ufano de su gloria; temiéronle los bienaventurados dioses y desistieron de su propósito. Recuérdaselo, siéntate junto a él y abraza sus rodillas: quizá decida favorecer a los teucros y acorralar a los aqueos, que serán muertos entre las popas, cerca del mar, para que todos disfruten de su rey y comprenda el poderoso Agamemnón Atrida la falta que ha cometido no honrando al mejor de los aqueos.

Homero. Ilíada, I, 403-412